Leonardo en las estrellas: Brevísimo homenaje a Leonardo Da Vinci.

Era ambidiestro, aprendía idiomas casi de inmediato, podía leer dos o tres libros por día. Cantaba con una voz extraordinaria, era distraído y caótico. Pintaba desde los tres años. Era tan curioso que irritaba a quienes le rodeaban. Pero también tan bondadoso que despertaba lealtades eternas. Era gay, pero amo pasionalmente a varias mujeres en su vida. Era escéptico, pero asombrado por el poder de la naturaleza. Acudía a los hombres de la Resurrección para comprar cadáveres que luego diseccionaba en secreto. Estuvo a punto de ser condenado por hereje un par de veces. Escapó del puño de la Iglesia. Fue amigo de reyes y de campesinos. Era exclusivamente vegetariano. Inventó métodos de pintura revolucionarios. Nunca dormía y aún así amaba el amanecer. Inventó tonos de pintura, le debemos la caja oscura de la fotografía. Bailaba de madrugada, soñaba con volar. Se enamoró de uno de sus modelos, reía a toda hora. Era rubio y decían que de vez en cuando se teñía la barba de verde. Se quedaba dormido por minutos y después despertaba a pintar. Llevaba la Mona Lisa a todas partes, tenía aprendices que eran sus amigos de parranda. Lloraba al ver las estrellas.
Eso dice la mitología sobre Leonardo Da Vinci. Cien hombres en uno solo. Un soñador que encontró la belleza en lo mínimo y en lo misterioso. Un creador incansable. Su mente como un Océano interminable. Mi inspiración perpetúa. Grazie amado, Grazie per l’ispirazione.