La última carcajada del Príncipe del Crimen: de César Romero a Joaquín Phoenix.
En una ocasión, Alan Moore comentó que cuando comenzó a escribir la historia de la novela gráfica The Killing Joke, se preguntó si había una manera de definir al Guasón, más allá de la habitual percepción de un criminal violento. Lo pensó, mientras intentaba comprender un universo donde Batman era un héroe y la caótica Gotham, la ciudad más importante del mundo — quizás después de la brillante y limpia Metrópolis — . Por último, Moore encontró una definición que según sus palabras, construyó a un personaje nuevo y cimentó el mito del hombre más peligroso de Arkham de una manera que no había hecho hasta entonces: “El Guasón es el caos. Salvaje, sin medida. No hay medias tintas en su percepción del horror como belleza. Del miedo como herramienta moral. El Guasón está convencido que la locura y la cordura sólo son partes de un mismo día”.
Todd Phillips, director de la futura “The Joker” — película que contará los orígenes del mítico personaje — parece profundizar en la visión de Moore, o al menos esa la gran conclusión a la que ha llegado el público luego que el Phillips compartiera a través de Twitter, un video de apenas diez segundos de duración con una prueba de cámara del actor Joaquin Phoenix caracterizado como el Príncipe payaso. El juego de imágenes deja entrever el rostro cansado, atormentado y rígido de Phoenix para luego mostrarle caracterizado con el ya célebre maquillaje de payaso. El resultado, es una perturbadora mezcla visual que resume — quizás sin proponérselo — la personalidad del criminal más icónico del mundo de la editorial DC. Como abreboca a la película en producción, es evidente que Joaquin Phoenix elabora con cuidado la peligrosa dualidad del personaje e investiga con su usual minuciosidad, en la violenta capacidad del Guasón para utilizar el caos como un arma poderosa. Más allá de eso, es evidente que el Guasón de Phoenix creará su propia versión sobre la amoralidad, basada en una perturbadora percepción del bien y del mal.
Con toda su carga simbólica, no resulta casual que el Guasón haya tenido todo de tipo de encarnaciones en la pantalla chica y grande través de las décadas y sobre todo, a medida que el personaje se ha hecho cada vez más emblemático y sobre todo, cercano a cierto nihilismo moral. Desde la ya icónica serie de la década de los sesenta hasta la más reciente reinvención fallida a manos de Jared Leto, el hombre más peligroso de ciudad Gótica ha tenido todo tipo de rostros y dimensiones que vale la pena analizar:
Cesar Romero: (1966–1968)
Conocido como el prototípico galán latino, el actor interpretó a la primera versión del Guasón en la pantalla chica, en la serie “Batman” emitida por el canal de televisión ABC entre 1966 y 1968, en tres temporadas con un total de 120 episodios. Romero se basó directamente en el personaje del cómic del mismo nombre y que hizo su primera aparición en el Universo del Batman en 1940, cuando ya la figura de Batman era reconocida y popular en el incipiente mundo de las novelas gráficas y el cómic gracias a la serie independiente Detective Comics. Para Romero, era de capital importancia acentuar la figura del payaso terrorífico — o en todo caso, quien utiliza la apariencia del payaso como máscara para ocultar el horror — y que se remonta a un símbolo literario habitual, utilizado como metáfora del medio que subyace en la complejidad de la risa. Un recurso que de hecho, define al Guasón — como personaje y percepción del mal — mejor que cualquier otra cosa. Como anécdota, se insiste que Romero se negó a afeitarse el bigote y en su lugar lo cubrió con un burdo maquillaje que aún así, le permitió sentar las bases de la violenta y extravagante personalidad del personaje.
Jack Nicholson: (Batman de Tim Burton — 1989)
Jack Nicholson fue la primera opción del director Tim Burton para encarnar al Príncipe del Crimen y de hecho, el productor Michael Uslan utilizó la sonrisa y el rostro del actor para crear el boceto del diseño conceptual del personaje. Más tarde, Uslan explicaría que para llevar a la pantalla grande la versión del Guasón de Burton, tanto director como productor escogieron la ya mítica imagen de Nicholson en una de las escenas más conocidas de “El Resplandor” — con el actor asomando la cabeza por una grieta de una puerta destrozada y riendo a carcajadas — para conceptualizar el personaje. El Guasón de Nicholson sufre una tragedia inimaginable, lo que establece la idea del mal como contradicción al miedo y al horror con que debe enfrentarse. Para Burton, tanto Batman como el Guasón son expresiones del mismo horror, de la misma visión deformada sobre el miedo pero sobre todo, del heroísmo y la crueldad comprendidos como dos elementos alienados que crean algo mucho mayor: Un caos sin reglas o respuestas. El existencialismo absoluto.
Mark Hamill (1992–2010)
Por sorprendente que parezca, uno de las encarnaciones del Guasón más impactantes y convincentes proviene de una serie animada: La voz de Mark Hamill convirtió al personaje televisivo en una extraña representación del horror y la violencia, indefinible por momentos y casi siempre, reconvertido en un símbolo de la moral contemporánea. Hammil además, convirtió la risa del Guasón (las frías carcajadas sin humor que definen al personaje) en un símbolo casi arquetipo del mal invisible. Despreciable, astuto y en ocasiones directamente absurdo, la cualidad del Guasón de Hamill para representar el desenfreno seduce al público no sólo por el morbo que despierta sino por un elemento profundamente desconcertante: la posibilidad de un tiempo de libertad absoluta inimaginable.
Heath Ledger ( Batman: The Dark Knight — Christopher Nolan 2008)
La selección del actor australiano — hasta entonces conocido por comedias juveniles y una meditada carrera de papeles secundarios en películas de autor — sorprendió y enardeció a buena parte de los fanáticos de la factoría DC. No obstante, su encarnación del Príncipe del Crimen no solamente se convirtió en una vívida representación de la locura, el poder de la anarquía y el miedo, sino que además, convirtió al Guasón en un símbolo fascinante sobre un nihilismo monstruoso y aterrador. Con su extraña combinación de asesino y algo más parecido a una idea existencialista sobre el mal real, el Guasón de Ledger es algo mucho más complejo que la mera percepción del némesis del héroe. En un Universo tan complejo con el de Batman — que también bebe de cientos de fuentes literarias y se construye sobre un heroísmo distorsionado y en ocasiones directamente incomprensible — el Guasón representa la línea que separa lo que se asume comprensible hacia un límite del caos absoluto. Y Ledger supo no sólo encontrar la expresión justa de esa anarquía incomprensible e incontrolable, sino además, llevarlo a un nuevo nivel. De pronto, el Guasón no es sólo un criminal, sino también reflejaba un discurso postmoderno de antivalores y de destrucción del sistema que lo convierten en un tipo de mal atípico. Mucho más calculador, perverso pero sobre todo, mentalmente poderoso que los anteriores, el nuevo Guasón encarnó no sólo la maldad en estado puro — la supraconciencia de la anarquía y la amoralidad — sino algo más complicado y sugerente. La muerte prematura de Ledger — meses antes del estreno de la película — convertirían su actuación en un inesperado suceso que le valió el Oscar póstumo por su actuación.
Jared Leto (Suicide Squad de David Ayer — 2016)
Luego de la formidable de Heath Ledger y sobre todo, del éxito alcanzado por la trilogía de Christopher Nolan, David ayer escogió a un actor de método para encarnar al Príncipe del Crimen. Jared Leto llegó al plató precedido por todo tipo de rumores sobre su comportamiento excéntrico y la extraña manera en que había decidido recrear la personalidad volátil y retorcida del mítico personaje. No obstante, el experimento entre un gángster urbano y algo más elaborado y cercano a la violencia radical de Leto, resultó fallido y blando no sólo por la inmediata comparación con su predecesor sino por el hecho mismo de transformar al personaje en una especie de mirada distorsionada del american way of life en punto más alto: El Guasón de Leto carece de aristas y parece más dedicado al mal por el mal — sin el ingrediente del caos nocivo y venenoso que suele encarnar el personaje — que a la comprensión de la violencia como un hecho simbólico y visceral. Un símbolo de lo absurdo y el sin sentido que terminó convertido en un personaje referencial con apenas un puñado de minutos en pantalla.
Zach Galifianakis (Lego Batman de Chris McKay — 2017)
El guionista Seth Grahame-Smith (cuyos créditos incluyen el mashup ‘Orgullo, prejuicio y zombis’) desmonta el mito de Batman pieza por pieza en la originalisima “Lego Batman” y eso incluye por supuesto, la representación del Guasón, en esta ocasión interpretado por la voz de Zach Galifianakis. El actor — conocido por su sardónico sentido del humor — agrega matices retorcidos a la obsesión cultural por el héroe y crea una tensión entre sarcástica y ambivalente del villano, transformado para la ocasión en el espejo en el que el héroe se refleja de manera casi absoluta. Al final, la película entera parece disfrutar justo de ese análisis sutil sobre las obsesiones colectivas y sus momentos más divertidos son los que reflexionan sobre la inocencia del miedo contemporáneo. A pesar de las apariencias — los chistes sobre referencias pop y las sonrisas malintencionadas — no hay nada sencillo en esta meditada puesta en escena sobre la identidad cultural que el Guasón encarna con una sonrisa perversa.