Aglaia Berlutti
1 min readJun 14, 2016

¡Hola Sarah! En realidad, emigrar es una de mis opciones, pero no es tan sencillo ahora mismo. No sólo por motivos familiares — que suelen ser los más complejos de solucionar — sino también por el hecho que Venezuela es ahora mismo una cárcel ideológica. Te lo explico así: No tenemos acceso a moneda extranjera debido a un férreo control de cambio y nuestra divisa tiene un valor mínimo en comparación a cualquiera de ella. Eso provoca que si decido irme, deberé vender mi casa, mi coche y mis pertenencias para obtener una ganancia tan pequeña que con toda seguridad me permitiría sobrevivir sólo un par de meses en el país que al que decida ir a vivir. Además de eso, los vuelos internacionales son escasos y casi inexistentes: si quiero salir del país, básicamente debería cruzar la frontera con Colombia o Brasil para conseguir un vuelo. Ahora, añade a eso el hecho que el Gobierno cerró fronteras hace más de ocho meses y tendría que ser clandestino. O sea que, mis opciones son mínimas, no muy alentadoras y todas muy peligrosas.

Con todo, es bastante probable termine emigrando en un año o dos. Con todo el esfuerzo que eso requiera. La alternativa es un país en caos con el que no puedo lidiar.

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Aglaia Berlutti

Bruja por nacimiento. Escritora por obsesión. Fotógrafa por pasión. Desobediente por afición. Escribo en @Hipertextual @ElEstimulo @ElNacionalweb @PopconCine