Crónicas de la nerd entusiasta:

Todas las razones por las que te encantará “Captain Marvel” de Anna Boden y Ryan Fleck.

Aglaia Berlutti
8 min readMar 5, 2019

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Con frecuencia, una mujer fuerte en la pantalla grande, tiene relación con su capacidad física para defenderse a sí misma y a quienes le rodean, o a la directa trivialidad de poder usar las armas con la misma facilidad que un hombre, con muy poco énfasis en su capacidad emocional, intelectual e incluso moral. Con las honrosas excepciones de la Teniente Ripley de Sigourney Weaver y La Sarah Connor de Linda Hamilton, las mujeres “fuertes” del cine siguen una línea típica, en demostrar un poder y habilidad masculinizado. “Capitán Marvel” de Anna Boden y Ryan Fleck rompe el paradigma y crea un personaje que sin ser del todo fresco o abandonar por completo el dogma, llega para elaborar una nueva concepción sobre lo femenino y un tipo de fortaleza intrínseca a su identidad. Carol Danvers (Alison Brie) es fuerte, brillante, inteligente y competente. Lo sabe y no lo disimula. Y la película entera se complace en esa noción sobre la capacidad del personaje y su historia para elevar las apuestas de las heroínas del futuro a un nuevo estrato que les concede una fortaleza inédita.

Como las más recientes películas del Universo expandido de la Casa de las Ideas, “Capitán Marvel” se enfrenta a la incómoda situación de tener que refrescar o mostrar alguna novedad a una colección de superhéroes cada vez más diversa, extraña y amplia. Con una década en la que el super heroísmo a dado para todo, Carol Danver se enfrenta a la dualidad de no sólo ser el nuevo rostro del poder en el mundo Marvel — destinada ahora sí, de manera muy clara, a enfrentarse a Thanos — sino además, construir el paradigma de la siguiente etapa de películas que comienzan de manera temprana con la historia del personaje más poderoso de la mitología Marvelita. Y lo logra: “Capitán Marvel” es un buen ejemplo de lo que puede ser un tipo de héroe contextualizado en su época, con habilidades de origen nacidas de un tipo de construcción intelectual por completo nueva (Carol era poderosa y competente incluso antes de tener superpoderes) y el hecho que, la figura del Superhéroe finalmente atraviesa la transición entre la bondad y la maldad, para encontrar algo más difuso, más singular y eficaz. No se trata de una “chica fuerte”, una mujer masculinizada o mucho menos, un personaje que debe negar su individualidad para brillar. Carol Danvers es el Capitán Marvel y a la vez, es un tipo de símbolo de extraño peso y poder sobre la conversación Universal sobre lo femenino que en la actualidad, se sostiene en cualquier parte del mundo.

Para la ocasión, Marvel tomó decisiones estéticas y conceptuales muy interesantes. No sólo brindó a Carol una época en la cual desenvolverse — y la ambientación de la década de los noventa es impecable, sin ser forzada o artificiosa — sino que también, construyó un personaje que tiene una personalidad tan definida como carente de estereotipos. Carol es piloto pero no es una mujer a la que pueda definirse a través del canon de las mujeres con intereses en el mundo militar o cualquier otro eminentemente masculino: sus ambiciones atraviesan una necesidad de libertad y reivindicación que supera con creces la formación y creación de personajes anteriores que deben sus conocimientos y habilidades a cierto grado de renuncia a sí mismas. Además, Carol no solamente disfruta de una improbable seguridad en sí misma, sino que además, carece de todos los atributos que suelen adjudicarse a las grandes superheroínas de la pantalla grande y chica. Carol llega a la tierra en busca de respuestas, sin interés romántico alguno y mucho menos, una expresión sobre sus emociones que pueda calificarse de sensible. Con una practicidad que abarca un dominio de sí misma maravillosamente modulado, la Carol Danvers de Brie Larson es toda una epifanía a la búsqueda de una fortaleza basada en lo intelectual y las decisiones estratégicas. Una mujer que parece encajar mucho más en los personajes singulares, llenos de matices y sin duda levemente maliciosos de Gillian Flynn, que en la heroína amable y candorosa que encarnó Gal Gadot en la Wonder Woman de Patty Jenkins. Entre ambas, hay una distancia considerable y Marvel encuentra la fórmula ideal para lograr su primer super héroe femenino: Carol se parece mucho más a Ripley y a Connors, que a la hija de la Isla de Themyscira, una diferencia importante al momento de elaborar un análisis sobre su influencia. Mientras Diana Prince es una mujer todo corazón, de extraordinarias habilidades pero guiada en esencia por su bondad, Carol Danvers es el epítome de cierto regusto juguetón y perverso. La “Chica mala” de la pantalla grande se reinventa y esta vez, tiene superpoderes. Tantos que sin duda, es la personalidad de Carol lo que permite comprender el alcance de la potencia de las habilidades del personaje y sus implicaciones. Una percepción que la película desarrolla de manera inteligente y pulcra.

El guión de “Capitán Marvel” (escrito por Nicole Perlman, Meg LeFauve basado en el cómic de Gene Colan y el mismo Roy Thomas) además, se toma la salvedad de usar la emoción en Carol Danvers como un acento en la historia central y no su punto motriz. Mientras Diana Prince lucha “por el amor” y es el amor el sentimiento primordial que la guía, Carol está interesada por situaciones mucho más terrenales pero a la vez, profundamente inherentes a su naturaleza humana. En consecuencia, el personaje se mueve entre dos mundos: por un lado es un guerrero Kree de enormes cualidades (entrenado para todo tipo de combate) y una mujer que está en busca de respuestas sobre sí misma. Pero esa búsqueda no incluye sentimientos idealizados. Danvers está construida como una mirada sobre una cierta neutralidad que atraviesa una idea más potente del heroísmo. “Capitán Marvel” busca una manera en que el bien y el mal se unan entre sí para elaborar algo más contundente y complejo. Y lo consigue a partir de esa concepción de su heroína como falible, sin cualidad de propósito trascendental sino una modesta concepción del poder que va en aumento hasta hacerse Universal. Todo un giro inesperado en una franquicia en la que el Fin del Mundo y sus consecuencias, siempre son el motor nuclear de toda la acción.

Claro está, “Capitán Marvel” también tiene un conflicto planetario contra el cual lidiar, pero no se trata de un evento que desmerezca la realidad física y mental de su personaje. Carol no depende del conflicto para mostrar sus poderes y cuando llega, es una confrontación que se relaciona con el sentido de la identidad y la búsqueda de la historia personal. El laberinto que Carol recorre no es en busca del poder, sino de sí misma y mientras esta mujer portentosa atraviesa el mundo en busca de explicaciones, es cada vez más obvio que sus capacidades atraviesan una percepción poderosa del mundo como una mirada furtiva sobre lo que fue su vida — o pudo ser — y que no logra encajar en toda su visión actual sobre la persona que mira al espejo. De la misma manera que el “Wolverine” de James Mangold (2017), la Carol Danvers que emerge luego de descubrir la posibilidad de su pasado — o la existencia de una historia que encontrar — es asombrosamente realista y conmovedora, sin pretender serlo. Carol quiere recordar, también desea encontrar un hilo conductor con lo perdido y mientras todo esto ocurre, su “misión” (de existir) transcurre en paralelo.

Cuando la película comienza, Carol está por completo convencida que es un Kree, un ingrediente inteligente para que el personaje se esmere en demostrarnos todos sus poderes, capacidades y habilidades a toda potencia. En ningún momento, tiene la menor sospecha que podría no serlo y al momento en que la posibilidad entra en el juego de razonamientos — los recuerdos hilvanados en medio de una serie de preguntas existenciales que Carol se esfuerza en responder — el personaje sufre una lenta transformación que el guión sigue paso a paso. Carol Danvers comienza a comprender a comprender que su personalidad Kree es sólo una máscara — una cáscara — de algo más complejo y Brie desarrolla la dualidad vital de personaje con una inteligencia histriónica que es de agradecer. Mientras Diana Prince descubre su procedencia en medio del trauma de la pérdida, Carol encuentra su verdadero rostro a medida que deambula en un mundo nuevo. Una nueva línea de acción que el argumento desarrolla con enorme potencia y una intensidad que sorprende por momentos.

También la película es un homenaje a una época: Boden y Fleck disfrutan al hacerlo y la continuas huellas del pasado de Carol, están llenas de todo tipo de rostros conocidos para la audiencia de más de treinta. Desde la música, la ropa, las franquicias de moda — Blockbuster es un símbolo concreto y bien utilizado — hasta las continuas referencias visuales a películas como Top Gun e incluso las comedias de adolescentes de John Hughes — atención a las pequeñas puestas en escenas tan parecidas a “The Breakfast club”— , la película se desarrolla con buen pie en lo que podría ser un terreno minado. No se trata de calcar una época, sino de tomar sus mejores elementos para crear algo más elocuente. La época habla por Carol y es la época lo que le permite añadir a su personalidad una nueva dimensión: desde su camiseta de NIN, hasta la música que suena en la radio, la conexión a internet tan lenta que sorprende a una nueva generación, las computadoras enormes, el ambiente de la nostalgia tiene algo de divertido, burlón pero sobre todo, vinculado a un una dimensión sobre la ambientación que convierte al personaje en una persona real.

Sin duda, “Capitán Marvel” es una película sobre el poder femenino — ¿quién podría dudarlo — pero a la vez, un recorrido de un nuevo tipo de amistad entre mujeres que tiene un rápido e inteligente acento en la sororidad. Carol no está sola y esa amistad, es la que sostiene parte de su personalidad. El poder de las mujeres está allí, pero es una celebración a algo más fresco y bienintencionado que una lucha conjunta. Cualquier mujer podrá reconocer en Carol y su entorno, una amistad genuina y real, lo cual hace de esa experiencia de poder, algo más consistente y persistente que la mera percepción de la mujer fuerte porque “debe serlo”. Para bien o para mal, esta agresiva, violenta, inteligente e ingeniosa Carol Danvers, abre una puerta hasta ahora cerrada en las superheroínas de la pantalla grande: Una mujer real capaz de vencer sus límites y lograr grandes hazañas imposibles. Para Marvel, tan convencido del origen misterioso de cada uno de sus personajes, es una apuesta alta. Pero logra superarla con creces.

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Aglaia Berlutti

Bruja por nacimiento. Escritora por obsesión. Fotógrafa por pasión. Desobediente por afición. Escribo en @Hipertextual @ElEstimulo @ElNacionalweb @PopconCine