Crónicas de la lectora devota:

Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots de Deborah Feldman

Aglaia Berlutti
10 min readJul 31, 2020

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El papel de la mujer en la religión, es un debate en el que se mezcla la versión cultural sobre lo femenino y el dogma, como metáfora del pensamiento social. Después de todo, el papel de la mujer en la Iglesia, en especial en las sagradas escrituras, siempre ha sido controvertido. Por un lado, la noción acerca de lo femenino está presente en gran parte del Antiguo Testamento pero desaparece por entero en el Nuevo, lo que hace suponer que luego que las sucesivas revisiones y traducciones, añadieron una percepción directa y violenta sobre el género. Sobre todo por el machismo de la visión judaica y sus herederos más inmediatos, como son los primeros grupos cristianos.

Los Evangelios, por supuesto, son una prueba fehaciente de lo anterior. Por años, el papel de la mujer se omitió — tal vez de manera natural al considerarse poco significativo — al momento de narrar lo acontecido durante los años de evangelización de Jesús en Galilea y zonas aledañas. Además, todo lo que se cuenta en el Nuevo Testamento es curiosamente asexuado, en comparación con la forma mucho más directa de analizar las relaciones entre géneros— incluso las más escabrosas y violentas — , en otras partes de las escrituras. El hecho trajo como inmediata consecuencia que la mujer fuera no sólo señalada como una idea pecaminosa sino también, limitada a los rígidos planteamientos de los evangelistas.

El libro Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots de Deborah Feldman analiza la idea de la individualidad de la mujer y su lugar bajo la connotación de lo social desde la óptica de los judíos jasídicos en Williamsburg, pero en realidad, es una mirada general acerca de cómo la religión puede ser una forma de menosprecio, violencia y en especial, de restricción para el comportamiento femenino. Su durísimo punto de vista, de hecho, podría calzar en cualquier discurso que se sostenga sobre la discriminación como una parte esencial de las relaciones de poder basadas en las creencias. Se trata de una reflexión directa sobre el machismo reconvertido el lenguaje de fe y en especial, la frontera entre la limitación moral basada en prejuicios religiosos y la de la mujer como algo más que compañera del hombre. Como si eso no fuera suficiente, Feldman analiza y pondera el dogma como una percepción agresiva con respecto al comportamiento, lo que retrotrae los principios religiosos a una violenta frontera entre el mundo doméstico y lo que ocurre más allá de él.

Eso, a pesar que la obra de Feldman no pretende ser religiosa. En realidad, es un recorrido meditado y profundamente filosófico hacia la búsqueda de la libertad personal. Desde el aislamiento que sufrió Feldman durante la infancia, hasta su decisión de escapar de la comunidad en la que creció en busca de la independencia intelectual y espiritual, Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots muestra a la religión no como el enemigo a vencer, sino como una condicionante en la capacidad del hombre y la mujer para comprender su vida y sus logros a través de la fe, un elemento que Feldman personaliza para sostenerse en algo más que los cruentos y a menudos retorcidos, parámetros de convivencia que exige la conservadora comunidad en la que nació.

La escritora nació en el año 1986, en el seno de la comunidad ultra ortodoxa Hasidic Satmar en Williamsburg, Brooklyn y fue educada dentro de las rígidas normas de la comunidad y sobre todo, bajo una durísima conciencia moral con la que debió lidiar desde sus primeros años de infancia. La mayoría de los residentes conservan las costumbres europeas heredadas antes de la Segunda Guerra Mundial, algunas tan antiguas como seguir utilizando el idioma yiddish. Además, buena parte de los miembros de la secta, fueron sobrevivientes de las espeluznantes condiciones que Europa que debió enfrentar el conflicto bélico.“Fue fundada por personas que están luchando contra el trauma más inmenso que podamos imaginar”, escribe Feldman, para resumir su niñez. Hija de una mujer lesbiana y criada bajo la mirada atenta de quienes le rodeaban, se define a sí misma como “una sobreviviente”, pero también como una mujer que aprendió que la identidad es algo más “que una pieza desordenada en medio de un mecanismo que exige el anonimato”. El relato de Feldman — claustrofóbico, metódico y por momentos cruento — pone en tela de juicio la constante afirmación de la religión como un hecho cultural que se nutre de las experiencias de sus miembros, para mostrar un rostro hostil acerca de la capacidad da la mujer para encontrar su lugar en el entramado del hecho religioso.

Durante buena parte de la narración, Feldman se encuentra en la disyuntiva de hablar sobre el maltrato que sufrió como algo más que una serie de situaciones violentas. En realidad, la presión, vigilancia y la mirada escrutadora de la comunidad sobre Feldman, tiene un ingrediente de reflexión sobre el hecho que lo femenino continúa siendo un elemento peligroso e inclasificable para la mayoría de las comunidades religiosas de orden ultra conservador alrededor del mundo. Tal y como Feldman expone, no se trata sólo de la forma en que el comportamiento de la mujer es analizado, sino el tránsito histórico que le obliga a la obediencia, en términos tan primitivo como inquietantes. Feldman, una niña prácticamente huérfana en mitad de un grupo familiar endogámico, soporta desde la niñez un tipo de violencia invisible amparado no sólo en la creencia religiosa — que se expone como inabarcable e incontestable — sino también, en algo más doloroso. Feldman es una niña — después mujer — atípica. Una que aspira a la individualidad, que se hace preguntas, que cuestiona la estructura que rige cada momento y cada espacio de su vida. Las escenas en que la escritora relata la forma en que sus uñas, cabello y piel son revisadas con cierta regularidad para que la comunidad pueda asegurarse de su fertilidad, pone en relieve la connotación cruel de una estructura que presupone de origen, la incapacidad de la mujer para cuidar de sí misma, para ser algo más que el habitual estereotipo de la madre y en especial, la decidida presión que le aísla del mundo en beneficio del control. En su soledad, firmeza y estoicismo, la actitud de Feldman — que con esfuerzo, logra algunos espacios de libertad en medio de un atmósfera cada vez más enrarecida — revela que cada una de sus decisiones desde la infancia a la primera adolescencia, fue un recorrido en busca de la identidad, una aspiración que contradice de origen las exigencias de la comunidad en la que nació. Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots se trata de un retrato de la represión religiosa y cultural, que progresivamente toma un cariz de meditada percepción sobre el yo, el amor como expresión de una compleja forma de fe y un tipo de esperanza privada.

Desde lo autobiográfico, Feldman se atreve a profundizar en un tema que pocas veces se muestra sobre las comunidades ortodoxas religiosas y su relación con la identidad femenina: la imposibilidad que la percepción sobre la mujer puede separarse de un planteamiento restrictiva que intenta definir no sólo el comportamiento, sino también la mera cuestión del ser a través de una serie de ideas basadas en el menosprecio. El libro es una búsqueda de razón y sentido a la individualidad, en medio del dolor y la incomprensión cultura, un tema que aborda con sutileza, buen gusto y pulso firme. Feldman logra un retrato impactante y lleno de graduaciones espirituales sobre la vida interior de la mujer, pero también, una perspectiva realista y poderosa sobre lo femenino como objeto de reflexión filosófica.

En Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots, el recorrido hacia la individualidad comienza desde la concepción de la deshumanización: una contradicción que permite entender a cabalidad las duras condiciones en que la narradora muestra al mundo en que se educó. Feldman no es una mujer, es un útero fértil cuyo principal objetivo es alumbrar a una nueva generación de judíos, que de manera simbólica, son una forma de contrarrestar los estragos ocasionados por el exterminio nazi. La escritora admite que esta percepción sobre la maternidad — distorsionada y violenta — se convierte en una presunción sobre el cuerpo y la connotación del género, sostenida en la discriminación. La mujer — futura madre — se educa a base de la posibilidad: la esperanza de dar luz, de criar el mayor número de hijos posibles, en convertirse finalmente en una figura de autoridad, capaz de educar a la siguiente generación para que lleve a cabo el mismo proceso y bajo las mismas condiciones. “Se trata de un ciclo asfixiante que al final, te supera en tantas formas distintas como para pulverizar a la mujer que miras al espejo. No eres nadie, no aspiras a nada. Tus deseos y los de la comunidad son los mismos. No hay escape cuando lo único en que crees, conoces y piensas, es en la función primaria sobre tu cuerpo”.

El libro relata el largo trayecto de Feldman hasta abandonar a su familia y sobre todo, la cultura que decidió su futuro incluso antes de su nacimiento, pero también, es una búsqueda consecuente y primaria sobre los motivos por los cuales, la noción sobre la mujer como parte de una comunidad religiosa está sujeta la mayoría de las veces a condiciones de violencia, menosprecio e invisibilidad. Con una dureza que por momentos resulta perturbadora, Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots establece paralelismo entre la religión como una forma de expresión filosófica contaminada por el prejuicio y la connotación del machismo de buena parte de las religiones occidentales, que continúa imperando a pesar de las transformaciones culturales relacionadas con la identidad femenina ocurridas durante los últimos dos siglos.

El argumento reflexiona sobre la forma en que las nociones religiosas se convierten en una forma elaborada y estructurada para aplastar no sólo la individualidad, sino también para crear las condiciones adecuadas que provoquen la deshumanización de sus miembros femeninos. Ya para los primeros años de su adolescencia, la ambiciosa y brillante Deborah, debe renunciar a la mayoría de sus aspiraciones — escribir, aprender música de manera profesional — en beneficio de la idea del matrimonio y la maternidad. Pero más allá de eso, se trata de la exigencia perpetúa de la renuncia de la mujer a todo lo que le pertenece: por derecho, por herencia, por necesidad, por aspiración intelectual. Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots analiza con cuidado y paciencia los rituales que rodean a la vida jasídica y los contextualiza lo suficiente, como para permitir reflexionar sobre la carga filosófica y religiosa que se imprime a las restricciones y al menosprecio que las mujeres sufren incluso en instituciones menos conservadoras. Feldman le plantea la interrogante si lo femenino en las religiones monoteístas alrededor del mundo, deben atravesar un espacio de sumisión para poder ser asimiladas bajo la presunción de la fe. “Llegué a pensar que lo invisible, lo divino, no formaba parte de mi vida solo por rechazar lo que se esperaba de mí, en todo ámbito y en especial, en la forma en que necesitaba comprender mi futuro”.

Feldman, condenada desde la infancia a un matrimonio forzado y a convivir en una comunidad en la que las mujeres y los hombres están separados por un sinnúmero de creencias arraigadas en una idea retorcida sobre la fe, es el hilo que parece sostener el recorrido del argumento a través de todas las vicisitudes y circunstancias que el personaje deberá enfrentar para escapar del futuro planificado en su nombre y sin su consentimiento y también, la inquietante percepción de la mujer infantilizada bajo el puño de un poder basado en una herencia dogmática que no reconoce su individualidad y mucho menos, su necesidad de independencia. Pero el libro es mucho más que eso: es también un recorrido por diversas preguntas sobre la capacidad de las religiones para alienación, la presión cultural y el control, desde las perversiones de la secta hasta la cristalización de creencias en preceptos rituales primitivos.

Para el mundo editorial, las memorias de Feldman fueron todo un descubrimiento, que abrió una puerta inesperada hacia el mundo doméstico e insular de religiones ultra ortodoxas en el mundo. La descripción del libro por parte del editor, no puede ser más elocuente sobre lo que Feldman intenta contar acerca de su infancia y primera adolescencia: “Deborah creció bajo un código de costumbres que rigen todo a su alrededor de manera implacable, desde lo que podía usar y con quién podía hablar hasta lo que se le permitía leer. Fue gracias a los personajes literarios de Jane Austen y Louisa May Alcott, que pudo imaginar una forma de vida alternativa. Atrapada como una adolescente en un matrimonio sexual y emocionalmente disfuncional con un hombre que apenas conocía, la tensión entre los deseos de Deborah y las responsabilidades como una buena niña Satmar, se volvieron más explosivas hasta que dio a luz a los diecinueve años y se dio cuenta de que, por su propio bien y el de su hijo, tenía que escapar”.

La decisión de Feldman de abandonar la comunidad en la que había nacido, comenzó a tomar forma en el año 2006, cuando el matrimonio abandono Williamsburg y la jovencísima escritora información comenzó a tomar clases en el Sarah Lawrence College. Unos meses después, Feldman fue ayudada por amigos y profesores de la universidad para abandonar el matrimonio sin amor y lleno de múltiples presiones que hasta entonces había sufrido. Feldman reside en Berlín, aunque admite que sufre pesadillas y el terror de imaginar la vida como un ciclo interminable que podría llevarle otra vez al seno de su familia y la comunidad que abandonó. “Cuando como yo, naces sin opciones, el mero hecho de tenerlas es el primer milagro que conoces” escribe la autora en una de las últimas páginas de su relato, tal vez la frase que resume su terror, su búsqueda de significado para su vida y al final, una forma de redención tardía.

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Aglaia Berlutti

Bruja por nacimiento. Escritora por obsesión. Fotógrafa por pasión. Desobediente por afición. Escribo en @Hipertextual @ElEstimulo @ElNacionalweb @PopconCine