Crónicas de los Los hijos de Apollo:

Los oscuros lugares del mundo: la obra de Edward Hopper (parte I)

Una mirada al tiempo y a la belleza.

Por supuesto, Hopper no imaginó que Nighthawks se convertiría en un símbolo de una época y que trascendiera la concepción de tipo de estado de ánimo concreto. Según recordaría el artista, la noche en que comenzó a pintar el cuadro, pensaba en la luz. Ese tenue brillo blanco que se abría hacia calle. La concepción de la luz y la belleza desgarrada como algo más potente de lo que hasta entonces, el pintor había intentado. Por supuesto, para Hopper pintar era un hecho complicado. Uno que además, dependía en mayor o en menor grado de su capacidad para enfrentar sus propios dolores y además, avanzar en una dirección concreta hacia el motivo por el cual deseaba plasmar una escena. A diferencia de otros tantos artistas de su generación, Hopper pintaba como una cuidadosa recombinación de factores que hacía cada una de sus obras, un entramado complejo y elaborado sobre la identidad, la personalidad y la concepción de la realidad.

--

--

Bruja por nacimiento. Escritora por obsesión. Fotógrafa por pasión. Desobediente por afición. Escribo en @Hipertextual @ElEstimulo @ElNacionalweb @NotasSinPauta

Get the Medium app

A button that says 'Download on the App Store', and if clicked it will lead you to the iOS App store
A button that says 'Get it on, Google Play', and if clicked it will lead you to the Google Play store
Aglaia Berlutti

Bruja por nacimiento. Escritora por obsesión. Fotógrafa por pasión. Desobediente por afición. Escribo en @Hipertextual @ElEstimulo @ElNacionalweb @NotasSinPauta