Los pétalos rotos de una perversa sutileza (Parte II) — (Puedes leer la parte II aquí) En 1948, Sally Horner de once años de edad, entró en una tienda en Camden, New Jersey. Según contaría después las diversas crónicas que siguieron su caso, era una niña rubia, de sonrisa inocente y con un aspecto “virginal”. Antes de su secuestro, era una más en un grupo de…